¿Sabes que España es el segundo país del mundo con más geoparques mundiales de la UNESCO? A simple vista, los geoparques son espacios naturales con paisajes de extraordinaria belleza. Visitarlos descubre mucho más: sus montañas, sus formaciones rocosas, sus suelos… desvelan la historia de la humanidad. Por este motivo, la UNESCO les reconoce su valor con el sello de Geoparque Mundial desde el año 2015 y en España puedes hacer geoturismo en 15 de ellos.
Un lugar sin invierno climático, de costa acantilada y pequeñas calas prácticamente secretas. Es resultado del choque tectónico entre África y Europa y su paisaje volcánico acoge pequeños pueblos pesqueros de casitas blancas. Puedes conocerlo con rutas en todoterreno, paseos a caballo o practicando senderismo. Las aguas cristalinas de su costa descubren un fondo rico en fauna y formaciones volcánicas que se pueden disfrutar fácilmente con snorkel y submarinismo para todos los niveles en la Isleta del Moro. Si tienes oportunidad, completa tu viaje con una ruta en barco por el litoral y descubrirás calas de las que siempre se recuerdan.
El agua, en forma de río o de manantial, es protagonista en la transformación de este territorio con sorprendentes formas labradas en la roca caliza. Es tierra de olivos y abundan los pequeños pueblos de casas blancas entre montañas, como Zuheros, Cabra, Luque o Doña Mencía. Una buena opción para visitarlo es recorrerlo en bicicleta a través de sus numerosas rutas, como la Vía Verde del Aceite. Si prefieres el senderismo, la senda de La Nava y el del Cañón del Río Bailón son de los senderos más populares para combinar con recorridos en coche. Descubrirás numerosas cuevas, entre la que sobresale la de Los Murciélagos, en Zuheros, donde se pueden hacer visitas guiadas. Anota un imprescindible, asomarse al Balcón de Andalucía (en la ermita de Nuestra Señora de la Sierra, en la sierra de Cabra).
Geoparque de Sobrarbe – Pirineos, en Huesca
El geoparque de los Pirineos propone un recorrido por el origen de las montañas, por los últimos glaciares españoles, por extensas cuevas que se encuentran entre vertiginosos cañones y barrancos… y hasta por el que fuera el hogar del oso cavernario: la Cueva del Oso de Tella. El geoparque dispone de numerosas rutas senderistas y de bicicleta todo terreno (btt) que descubren algunos los paisajes más espectaculares. También puedes disfrutar de una vía ferrata junto a la cascada del Sorrosal y de un circuito geominero a través de las distintas minas que han funcionado en la zona durante años. Otros puntos de interés geológico son el paisaje de Eripol (hay un mirador a las afueras, próximo al cementerio, que permite apreciar el efecto en la montaña de la retirada del mar a lo largo de los siglos) y el glaciar de Monte Perdido (en Bielsa). El centro de visitantes se encuentra en Aínsa.
Geoparque de la Costa Vasca, en Gipuzkoa
Un muestrario en vivo de 60 millones de años de historia. Así es la ruta del Flysch, principal atractivo geológico de la costa vasca y situado en los municipios de Zumaria, Deba y Mutriku. Son 13 kilómetros de impresionantes acantilados formados por las llamadas rocas sedimentarias flysch, que por ejemplo ayudan a los geólogos al estudio de importantes hitos de la historia de la tierra como la extinción de los dinosaurios. La playa de Itzurun (Zumaia) es quizá donde mejor se puede visualizar el flysch. Además, allí se encuentra el centro de interpretación. Desde él se organizan salidas en barco para descubrir desde el mar la belleza de los acantilados. Si puedes, disfruta el atardecer desde el mar o la playa porque el momento es inolvidable. Si recorres el goeparque hacia el interior, lo harás hacia verdes valles y montañas con cuevas con pinturas rupestres declaradas Patrimonio Mundial como la de Ekain.
Geoparque de la Sierra Norte de Sevilla, en Andalucía
Aquí las huellas del paisaje se remontan a 700 millones de años. Desde uno de los mayores conjuntos de fósiles de medusas del mundo hasta los restos que indican un punto de sutura entre placas tectónicas (en Beja-Acebuches), el Geoparque de la Sierra Norte de Sevilla dispone de varias rutas geoturísticas por importantes puntos de interés geológico. Además, la Vía Verde de la Sierra Norte de Sevilla permite unir a pie o en bicicleta el monumento natural del Cerro del Hierro con el de las llamadas cascadas de Huesna o del Huéznar. El primero es una antigua mina de explotación de hierro que deja al descubierto impresionantes formaciones rocosas; el segundo, una serie de cascadas y pozas. El recorrido ofrece la posibilidad de ver volar al buitre negro y al águila imperial ibérica.
Tiene su origen en la formación de Pangea, hace unos 300 millones de años. Si asciendes hasta su punto más alto, el risco de La Villuerca, obtendrás una panorámica muy descriptiva del geoparque con un paisaje de cadenas montañosas, valles y monte bajo. Encontrarás densos bosques de robles y castaños en los que habita fauna como el águila real, el halcón peregrino, el buitre leonado o el búho real, por ejemplo. Entre sus puntos de mayor interés geológico están el Estrecho de la Peña Amarilla (en Alía), las Marmitas de Gigante del río Ibor (en Bohonal de Ibor), producidas por la erosión del agua y donde podrás bañarte si el tiempo acompaña, o el berrocal de Peraleda de San Román (formaciones rocosas con formas de bolos o setas, entre las que sobresale el enorme berrocal de Cancho del Castillo). Próximos a la zona se encuentran el Valle del Jerte (conocido por la floración de sus cerezos en primavera) y Guadalupe y el famoso Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, declarado Patrimonio Mundial.
¿Sabes que el centro de Cataluña fue una gran cuenca aislada de agua salada? Fue a partir del origen de los Pirineos hace 85 millones de años. El agua se evaporó dando lugar a un paisaje de gran belleza que hoy es este geoparque. La montaña de Montserrat, con sus peculiares rocas redondeadas es uno de sus símbolos. La visita a todo el entorno, incluido el Monasterio de Santa María de Montserrat y algunas de las cuevas subterráneas de la montaña son muy recomendables. Mientras, en Moyá (Barcelona) se pueden visitar las Cuevas del Toll, con importantes hallazgos prehistóricos y paleontológicos. Para disfrutar el geoparque de un modo distinto, te proponemos la ruta “El Vino del Geoparque” por las bodegas del vino con denominación de origen Pla de Bages.
Los paisajes de El Hierro tienen fama por su singularidad y belleza. La isla es de origen volcánico, como todas las islas Canarias, y en ella es fácil identificar flujos de lavas, coladas, sedimentos volcánicos y formaciones rocosas de gran interés geológico. De hecho, la actividad volcánica sigue viva y en 2011 hubo una erupción volcánica submarina. Un buen punto de partida para aprender sobre su vulcanismo es el centro de interpretación del geoparque, situado en El Pinar. Para descubrir el efecto volcánico en el paisaje, una buena opción son los miradores de Jinama, de La Peña, de Bascos y de La LLanía. Tanto si te mueves en coche como si prefieres hacer el recorrido en bicicleta, el trayecto entre Valverde y San Andrés desvela toda la variedad de paisajes de la isla, con terrenos agrestes, vistas al mar y pronunciados acantilados. En San Andrés, podrás conocer la leyenda del árbol Garoé y el fenómeno de la lluvia horizontal. Por último, si visitas La Dehesa, presenciarás el efecto de los vientos alisios en El Sabinar, con árboles de espectaculares formas.
Antiguos ríos y mares cálidos son responsables de la transformación de este terreno repleto de grandes cañones, árboles singulares y puntos de interés geológico. Son buenos ejemplos el yacimiento de unos seres marinos con más de 430 millones de años de antigüedad (los graptolitos), situado cerca de Checa, o el bosque fósil de la sierra de Arangocillo. Para visitar este amplio geoparque de más de 4.000 kilómetros cuadrados, dispondrás de 11 georrutas señalizadas y varios centros de interpretación. Es recomendable acercarse hasta sus miradores con vistas al espectacular paisaje, muy distinto según la estación del año. El Barranco de la Hoz siempre es una buena elección. En otoño, sobresale el Mirador del Tajo, que desvela las múltiples tonalidades de la ribera del río. En invierno, el Mirador del Pellejero se asoma a la nieve de los puntos más altos. Por su parte, el Mirador del Machorrillo es una buena ventana primaveral para ver la laguna de Taravilla.
Una isla de montañas resultado del fuego e insólitos paisajes de origen volcánico. El Parque Nacional de Timanfaya es la visita imprescindible, con un recorrido por el volcán de Timanfaya y experiencias tan sorprendentes como la de degustar platos cocinados al calor del volcán. De hecho, el suelo de este espacio tiene numerosas anomalías térmicas y puede alcanzar los 250 º centígrados en algunas zonas, en las que podrás ver cómo se generan géiseres vertiendo agua. El municipio de Tinajo está repleto de visitas de interés geológico como el Volcán del Cuervo, la Montaña Colorada o la Caldera Blanca, todos con fáciles rutas senderistas. Otro de los paisajes más singulares es el de La Geria, los cultivos de vino que los agricultores han adaptado a las peculiaridades volcánicas del terreno. La influencia volcánica se aprecia en toda la isla, incluido en su litoral con playas como la del Papagayo (en el sur) o espacios únicos como el Charco de los Clicos o Lago Verde. Para conocer en detalle la isla, la mejor opción es recorrer los Centros de Arte, Cultura y Turismo que integran de forma sostenible la naturaleza volcánica de la isla y el arte de César Manrique.
Geoparque de Las Loras, en Burgos y Palencia
Un terreno abrupto, de relieves poderosos y con una de las mayores concentraciones de iglesias, conventos y monasterios románicos de Europa. Es la seña de identidad del Geoparque de Las Loras, que posee numerosas rutas para recorrerlo en coche, a pie o en bicicleta de montaña. Entre los paisajes más espectaculares se encuentran las hoces del río Ebro y las del río Rudrón (en el área de Burgos) o Las Tuerces (en Palencia), próximas a la interesante Cueva de los Franceses y al recomendable Mirador de Valcabado. Además, por casi todo el territorio encontrarás castros prerromanos, dólmenes neolíticos y yacimientos de la Edad del Hierro como los castros de Monte Bernorio, Peña Amaya, Peña Ulaña y Monte Cildá. También abundan las cascadas y muchas son de fácil acceso como la de Orbaneja del Castillo (Burgos) o Covalagua (Palencia). El área es idónea para deportes de aventura como la escalada o el descenso de cañones.
Está declarado geoparque por la UNESCO desde 2018 y sus rocas cuentan más de 500 millones de años de historia. La zona en su día estuvo cubierta por el mar, aquí habitaron los dinosaurios hasta casi su extinción y hoy es una sucesión de paisajes de fotografía y tiene uno de los cielos más limpios para observar las estrellas, con reconocimiento Starlight. Entre sus lugares más fotogénicos se encuentra el desfiladero de Mont Rebei con un impactante sendero excavado en la roca y una altura de hasta 500 metros sobre el río. Su ruta más conocida es la llamada del Quinto Lago, que pasa por pequeños pueblos de encanto medieval como Peramea, Beranui o Les Esglésies y concluye en el Lago Montcortés, cuyas aguas proceden de un manantial interno. Otra buena opción para disfrutar de la diversidad paisajística es el Tren de los Lagos, un tren turístico de época que une Lleida con La Pobla de Segur, con los Pirineos como escenario. Por otro lado, en el área del geoparque se han hallado numerosos fósiles y huellas de la presencia de dinosaurios. Puedes conocer mucho más sobre ello en el Centro Dinosfera, en Coll de Nargó.
Aquí el paisaje desvela la evolución de los últimos 500 millones de años en el terreno y la estrecha relación con la actividad del hombre. La zona ha acogido explotaciones mineras desde tiempos del Imperio romano y la pizarra ha formado parte de su motor económico desde el Neolítico hasta hace pocos años. La UNESCO reconoció la Sierra do Courel como geoparque en abril de 2019 subrayando la conservación de sus aldeas y monasterios medievales, así como la belleza de sus cañones y valles formados a través de la erosión. El geoparque se extiende por los municipios de Quiroga, Folgoso do Courel y Ribas de Sil, en la provincia de Lugo. Otro de sus principales atractivos es la flora: entre las especies más vistosas se encuentran sus orquídeas (suelen organizarse visitas guiadas durante el mes de mayo para verlas en su esplendor de floración).
Forma parte de la red mundial de geoparques desde 2020 y ofrece la oportunidad de descubrir un entorno que relata una historia de cinco millones de años. Se identifica la presencia de antiguos mares, verás montañas que en su día fueron lavas submarinas y podrás visitar uno de los conjuntos de yacimientos paleontológicos de vertebrados del Cuaternario más extensos de Europa. El paso del hombre también ha dejado su huella en un paisaje que actualmente sigue conservando viviendas cueva excavadas en las montañas y que son un ejemplo precoz de los hogares bioclimáticos más modernos.
Dicen que es esos de esos lugares donde el silencio habla. Elevadas cumbres, barrancos profundos, ríos de aguas transparentes y senderos entre pinos que nos llevan a pueblos tranquilos donde se respira sosiego. Puedes comprobarlo en localidades como Cantavieja, Mirambel, Puertomingalvo o Aliaga. El paisaje registra la historia de la Tierra durante los últimos 200 millones de años y posee una red de rutas señalizadas para conocerlo. Entre los monumentos naturales de mayor interés las Grutas de Cristal de Molinos, los Órganos de Montoro y el nacimiento del río Pitarque. Encontrarás además algunos de los yacimientos arqueológicos que forman parte del conjunto de Arte Rupestre del Arco Mediterráneo declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.